domingo, 3 de marzo de 2013

Aishiteru Japón










Hacía tiempo que quería dedicarle un post al país del sol naciente, y es que hace ya muchos años que siento una cierta fascinación por Japón, me parece que fué desde que leí mi primer libro de James Clavell “Shogun” cuando era adolescente. Desde entonces he aprendido a amar todo aquello que es japonés, desde las maravillosas estampas, a la arquitectura tradicional, los tejidos, las tradiciones, la historia, la comida e incluso las cosas ya más modernas como son los manga o los anime (¡antes o después dedicaré un post a Miyazaki!). Y luego, cuando llegué allí, se sumaron otras miles de cosas, paisajes, luces, colores y tantas, tantas emociones. Quizás la única situación desagradable fué cuando me “atacaron” un grupo de ciervos. Sí, habéis leído bien, y es que en la ciudad de Nara los ciervos caminan tranquilos por las calles porque están considerados sagrados. Cuando la amable señora japonesa que me vendió las galletas para ciervos me dijo “walk”, no le hice mucho caso porque me pareció extraño. Entendí al cabo de pocos minutos a qué se refería, porque cuando me paré a dar unas galletas a un par de tiernos ciervos en menos de un segundo estaba rodeada por un grupo de ciervos hambrientos que me empujaban con el hocico para llamar mi atención. Por supuesto no sucedió nada, a parte un susto de mi parte y dolor de barriga de parte de mi marido (de la risa claro). Así que si alguna vez os encontráis por Nara . . . ¡walk!
















 


















Koshian (pasta dulce de judías azuki):


400 gr de judías azuki 
250 g de azúcar blanco


Lavamos las judías bajo el agua, quitando las que vemos que estén rotas o negras. Metemos después las judías dentro de un bol, las cubrimos con agua y las dejamos así durante toda una noche. Al día siguiente tiramos el agua, enjuagamos las judías y las pasamos a un cazo, cubriéndolas por completo con agua, y las hervimos. Dejamos que hiervan durante una hora aproximádamente, quitando de vez en cuando la espuma que se forma en la superfície del agua. Cuando las judías ya estén cocidas (estarán listas cuando se puedan escachar con facilidad entre los dedos) las escurrimos y las pasamos a través de un colador para separar las judías de la piel; quedará una pasta compacta. Ahora metemos la pasta de azuki y el azúcar dentro de un cazo a fuego bajo, mezclando con una cuchara de madera hasta que empiece a hervir. Una vez que hierva, apagamos el fuego y pasamos la pasta de judías a un plato de cerámica  para que se enfríe. El aspecto final de la pasta dulce de azuki deberá ser el de un puré de patatas blando y reluciente, si en cambio, os queda demasiado compacta podéis añadirle agua junto al azúcar, o, si al contrario, os quedará demasiado líquida, la podéis dejar hervir un poco más hasta que se evapore el agua.











Cupcakes de té verde matcha y harina de arroz (para 12 cupcakes):

130 gr de harina de arroz
70 ml de aceite de oliva
120 gr de azúcar
2 huevos medianos   
8 gr de levadura en polvo
2 cucharillas de azúcar avainillado 
2 cucharillas de té verde matcha

Precalentamos el horno a 160° y mientras tanto vamos poniendo en la bandeja para muffins los papelitos para cupcakes. Batimos el azúcar junto con los huevos hasta que obtengamos una mezcla cremosa y luego   añadimoa todo el aceite. Incorporamos después la harina de arroz mezclada con anterioridad con la levadura, el azúcar avainillado y el té verde y batimos hasta que se hayan mezclado bien todos los ingredientes. Repartimos la mezcla entre los papelitos para cupcakes, rellenándolos unos 2/3, a mi me viene con una cucharada bien llena. Ponemos la fuente en el horno durante 15-20 minutos aproximádamente. Antes de sacar los cupcakes hacemos la prueba del palillo, los pinchamos con un palillo de dientes y si éste sale sin mezcla entonces ya están listos. Dejamos reposar los cupcakes durante un minuto y luego los sacamos de la bandeja y los ponemos a enfriar encima de una rejilla para dulces.



Buttercream de té verde matcha:

125 gr de mantequilla (reblandecida)
100 gr de azúcar glas
1 cuchara de leche
1 cucharilla de té verde matcha

Batimos la mantequilla junto al azúcar glas a velocidad mínima hasta che la mezcla sea homogénea y se aclare. Añadimos luego la leche con el té verde ya mezclado y batimos a velocidad alta durante unos pocos minutos hasta que obtengamos la consistencia deseada. Podéis entonces poner la crema dentro de una manga pastelera o espalmarla directamente encima del cupcake con una espátula.


































Matane!


 Besitos,
             Dewi